Juan Pablo* insistía en contar una
historia: él recordaba que cuando era muy pequeño su mamá lo amaba,
aunque le gritaba para reprenderlo diciéndole que no hiciera tal o cual cosa.
Negaba decididamente que su mamá lo hubiera abandonado. Todo el tiempo
preguntaba «¿por qué me iba a dejar, si ella me quería mucho?»
![]() |
Madre e hijo. Gustav Klimt, 1905.
|
Creció en los
sistemas estatales dedicados a niños en su situación. No le faltó alimento,
techo, vestido y educación hasta cierto punto.
Juan Pablo siempre llevó con él
la idea de que algún día iría decidido a buscar a su mamá. Quienes le
atendieron lo recuerdan por su perorata inconsolable. «Cuando yo era
chiquitico, mi mamá me decía quédese quieto, no haga eso…» Jamás aceptó que
realmente sus padres nunca vieron por él, casi desde el instante en que nació.
Llegando a la edad adulta se
involucró en el uso de drogas. Ya estaba en el umbral para egresar del sistema
estatal de protección. Tendría que vérselas solo con el mundo y con el vacío en
su corazón «Por qué me dicen que me dejó si yo me acuerdo que ella me quería
mucho y me decía estese quieto, pórtese bien…»
Los servicios de atención a niños y niñas en condiciones desfavorables deberían ser excelentes. Habría que darles mucho a quienes desde pequeños se les negó el derecho a una familia y crecen sabiéndose diferentes. Más allá de eso, hay que hacer un mayor esfuerzo para esos servicios se utilicen poco, para que haya pocos niños y niñas que lo requieran. Esto se logra creando condiciones de desarrollo más armónicas, que contemplen al ser humano integralmente. A eso podrían apuntar los planes de desarrollo.
Los servicios de atención a niños
y niñas en condiciones desfavorables deberían ser excelentes. Habría que darles
mucho a quienes desde pequeños se les negó el derecho a una familia y crecen
sabiéndose pobres y desafortunados. Más allá de eso, hay que hacer un mayor esfuerzo para que esos servicios se utilicen poco, para que haya menos niños y niñas que lo
requieran. Esto se logra creando condiciones de desarrollo más armónicas, que
contemplen al ser humano integralmente.
No sé qué fue de la vida de Juan Pablo. Tal vez, de adulto, siguió contando su ficción vital, añorando a la madre que probablemente alguna vez le susurró que lo quería mucho.
* La historia es real, el nombre
fue cambiado.
Juan Pablo siempre tendrá un lugar en mi corazón y gracias a tí, tendrá un lugar en el infinito mundo de las palabras. Gracias por recrear de manera tan bella nuestras historias!
ResponderEliminarGracias a ti. De todo corazón deseo que quien inspiró esta historia y que aquí se llamó Juan Pablo, haya encontrado la felicidad. También, que todos los niños crezcan amados y cuidados.
ResponderEliminar